Aprobada por unanimidad la propuesta de Mario Cabrera para reducir el IGIC y la cuota de la Seguridad Social a los artesanos
Todos los grupos del Parlamento de Canarias votaron hoy a favor de una propuesta presentada por los diputados majoreros del Grupo Nacionalista Canario destinada a reformar la normativa fiscal y reguladora del sector artesano, que permita la reducción del IGIC y las cuotas de la Seguridad Social.
Mario Cabrera defendió la iniciativa, fruto de las reuniones mantenidas con los artesanos de Fuerteventura, quienes además de la obtención del carné acreditativo de la competencia profesional en las respectivas especialidades artesanas, deben realizar la declaración censal de Alta de la Actividad Económica; las correspondientes obligaciones fiscales; el pago de un tipo de IGIC que oscila entre el 3% y el 15%, y que debe ser liquidado trimestralmente; y estar dado de alta en la Seguridad Social dentro del Régimen Especial del Trabajador Autónomo con cotizaciones que suelen oscilar entre los 825 y los 3.500 euros.
Por su parte el diputado por Lanzarote, Marciano Acuña, mostró su satisfacción por la unanimidad de la propuesta dado que estos condicionantes fiscales “están afectando también a los artesanos de la isla que encuentran muchas dificultades a la hora de sustentar la economía familiar en esa actividad”.
Mario Cabrera insistió en que a esa problemáticas se unen otras relacionadas, por ejemplo, con los artesanos de más edad, que al estar jubilados encuentran complicaciones para poder asistir a ferias de artesanía y comercializar sus elaboraciones. Llegando a darse el caso de inspecciones de Hacienda durante el desarrollo de algunas ferias y mercadillos que han conllevado el levantamiento de actas de infracciones y sanciones para los artesanos.
Algo que no tiene mucha razón de ser, porque precisamente los artesanos de más edad, aunque jubilados, son los que conservan mejor la raíz de la cultura tradicional o las técnicas ancestrales.
Por ello, explicó que las características de la actividad artesana requieren de un tratamiento diferenciado y flexible por parte de las administraciones públicas. De forma que se apoye su mantenimiento como actividad asociada a nuestra cultura tradicional, pero también a las propuestas creativas de las modalidades artesanas más recientes.