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Opinión. Sentido común

Opinión. Sentido común

Cristina Valido

Cristina Valido.-

Grandes dosis de sentido común es lo que se requiere ahora, disciplina en el seguimiento de las indicaciones institucionales, colaboración y disponibilidad. No es momento para el debate y el enfrentamiento de ideas, no cabe el oportunismo ni la política cortoplacista, en estas fechas en las que millones de personas viven con miedo y gran incertidumbre acontecimientos inimaginables poco tiempo antes, sin certezas ni plazos, toca sensatez y responsabilidad.

Nuestra manía planificadora se pone a prueba, todo pierde importancia y nos conformamos de nuevo con mantener la salud. Tiempo para pensar, reflexionar y darnos de bruces con la tozuda realidad, la vida nunca está asegurada.Todo puede pasar, todo puede cambiar en cualquier momento, lo único que tenemos es el momento presente y la ilusión de que pronto vengan tiempos mejores y esta emergencia sanitaria pase a formar parte de nuestra historia.

Nada será igual después, más allá del impacto socioeconómico, incalculable de momento, lo que es seguro es que habremos aprendido mucho, ya nunca nos saludaremos como antes, y dedicaremos más tiempo a una higiene preventiva a la nunca hemos prestado la adecuada atención. El teletrabajo mostrará su capacidad de combatir el cambio climático sacando miles de vehículos de nuestras calles y dejará ver nuevas y exitosas formas de formar e informar, de conciliar la vida profesional y laboral, probando la inutilidad en tantas tareas para las que se exige la absurda presencialidad. Perderemos el miedo a las gestiones online y abandonaremos el papel y las colas en los servicios públicos para tramitar solicitudes que podamos hacer desde casa.

El teletrabajo mostrará su capacidad de combatir el cambio climático sacando miles de vehículos de nuestras calles y dejará ver nuevas y exitosas formas de formar e informar, de conciliar la vida profesional y laboral

Cuando esto pase quedarán para el recuerdo agradecido, el ingenio, la creatividad y el humor que nos han regalado las redes y nos han ayudado a enfrentar esta crisis con mejor cara y un poco menos de angustia, pero también quedarán la peligrosidad de creerse todo lo que se publica , los bulos y las fake news que desestabilizan y generan pánicos innecesarios poniendo en peligro recursos básicos para todos, aprenderemos a denunciarlos y a sancionarlos con contundencia porque sus consecuencias son en muchas ocasiones de máxima gravedad.

En estos días los medios de comunicación actualizan su valor y necesidad como servicio público, y los contenidos digitales se afianzan convirtiéndose en referencia y espacio para contrastar y acercarse a la verdad, desde nuestras casas los seguiremos más que nunca y los visitaremos de forma continua en busca de nueva información y recomendaciones, su impacto y alcance crecerá mucho en poco tiempo y fidelizarán seguidores.

En estos días los medios de comunicación actualizan su valor y necesidad como servicio público, y los contenidos digitales se afianzan convirtiéndose en referencia y espacio para contrastar y acercarse a la verdad

Lo que no sé es si aprenderemos a ser humildes y a guardar silencio cuando no seamos especialistas en lo que se discute, si nos libraremos de tanto sabelotodo que invade nuestro whatsapp, capaces de discutir lo obvio sin prudencia y cuestionando o exigiendo decisiones sin contar con la información mínima necesaria. Quedan días para proteger también nuestra salud mental y no dejarnos invadir por tanto «experto». Las epidemias no son matemáticas, minuto a minuto dan pistas que sugieren, a quienes más saben en todo el mundo, nuevas acciones , el desconocimiento del virus tiene en jaque a todo un planeta que trata de improvisar medidas que le pongan freno.

El trabajo de nuestro personal sanitario es impagable y su entrega y cansancio bien merecen que hagamos lo poco nos están pidiendo, me encanta este mensaje que se está difundiendo, «A nuestros abuelos les pidieron que fueran a la guerra y a nosotros solo que nos quedemos en casa», es momento de elegir buenos libros, jugar con los más pequeños o acompañar a los más grandes sin excusas de tiempo, trabajar o estudiar desde casa, con paciencia y confianza , pero sobretodo con mucho sentido común, es lo que toca ahora.

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