Nereida Calero reclama mayor coordinación entre el Estado y Canarias cuando establezcan nuevas medidas de control ante la Covid19
La diputada del Grupo Nacionalista Canario, Nereida Calero, reclama “mayor organización al cambiar y establecer las medidas de entrada a las islas”, y mayor coherencia a las medidas tomadas recientemente que “abocan a los responsables de los establecimientos hoteleros al caos y la improvisación”.
Esto se debe a que el Gobierno de España requiere que toda persona mayor de 12 años aporte una prueba diagnóstica negativa, haber pasado la enfermedad o estar al menos vacunado con una dosis contra la Covid-19 a la entrada de su aeropuerto de destino, cuando, tal y como ha publicado esta mañana El País, “a 22 de junio, las comunidades autónomas acumulan en sus almacenes 2,9 millones de vacunas esperando a ser inoculadas” incumpliendo el compromiso que se hizo hace cinco meses.
Desde el Grupo Nacionalista Canario “recordamos que todavía sigue vigente un Decreto que regula el acceso a los establecimientos turísticos, en el que no pudimos participar para mejorarlo, que establece como obligatorio aportar una prueba diagnóstica negativa a partir de los seis años, con lo cual se genera una contradicción entre ambas normas”.
Por ello, desde el Grupo Nacionalista Canario “exigimos la derogación de este decreto, ya que con las medidas que ha ido adoptando el Estado durante todo este tiempo, ya no es necesario”, y “no podemos permitirnos que este tipo de situaciones comprometan nuestra imagen como destino”, ni tampoco la del establecimiento que han elegido sin ni si quiera haber comenzado sus vacaciones”, concluyó la diputada.
“Ya nos han llegado quejas de los empresarios de situaciones” porque a la llegada de los primeros turistas, tras el cambio en las medidas, sin problema de entrada para sus hijos menores de doce años por el aeropuerto; pero al llegar al hotel, se encontraban la sorpresa de que se les exigía hacerles la prueba a esos niños y niñas para poder alojarse. “En el caso de Fuerteventura, pasó con los primeros vuelos de Polonia”, explicó.
Y así se encontraron los directores de los hoteles “sin saber qué hacer por el miedo a incumplir la normativa canaria, consultando con sus abogados para resolver el problema y, mientras tanto, nuestra imagen como destino, y la del establecimiento que han elegido, por los suelos; por las esperas y el mal trago, sin ni siquiera haber comenzando sus vacaciones”.