Opinión. Las zonas comerciales abiertas dinamizan nuestra economía

Socorro Beato.-
Algunos recordaran aquellos comercios tradicionales conocidos como “la venta” o las tiendas de “aceite y vinagre”, pequeños establecimientos, en su mayoría de carácter familiar, que reunían una amplia gama de género, donde podía encontrarse de todo: desde comestibles, tejidos, material escolar, calderos, loza, productos de limpieza, bebidas o piezas de ferretería… Eran además lugares de encuentro y convivencia de los vecinos que, en los duros momentos de mediados del siglo XX, fueron la salvación de muchas familias.
La llegada de nuevos modelos comerciales y las grandes superficies, con las que el comercio tradicional difícilmente podía competir, revolucionó el sector produciendo cambios en los hábitos de consumo y dando lugar a nuevas áreas comerciales con la consiguiente desertización de los cascos históricos.
En el año 2002, Adán Martín, entonces Consejero de Economía y Hacienda y Vicepresidente del Gobierno, cuya gestión estuvo caracterizada por la planificación y la visión a largo plazo de Canarias como “Una tierra única”, ideó el “Programa de Actuación Plurianual para la potenciación de las Zonas comerciales abiertas de Canarias 2002-2007”, completado con el Programa Plurianual 2010-2013, concluido en diciembre de 2015.
El objetivo fue potenciar el pequeño y mediano comercio con actuaciones para la dinamización de las zonas ubicadas en cascos históricos y en municipios turísticos, a fin de recuperar, mantener y promocionar los centros tradicionales de compra.
Nace así el concepto de Zona Comercial Abierta como conglomerado de comercios cercanos en un mismo espacio acotado y al aire libre, en el centro de las ciudades, barrios y pueblos.
Ambos programas fueron un ejemplo de colaboración entre instituciones, ejecutándose mediante convenios con los siete cabildos y ayuntamientos, junto al sector del comercio, y financiados con fondos europeos: sus beneficios hoy por hoy son constatables.
Se han transformado áreas urbanas y pueblos, en todas las islas mediante obras de peatonalización, acerado, rehabilitación de fachadas, jardines, alumbrado, dotación de zonas de aparcamientos, accesibilidad, mobiliario urbano, etc…
Actuaciones que han contribuido a fortalecer el comercio tradicional amortiguando, de alguna manera, los efectos de la crisis en el sector. Así lo demuestran los datos sobre el crecimiento del comercio minorista en Canarias que viene acumulando un crecimiento ininterrumpido en los últimos años.
La actividad comercial representa un porcentaje considerable del PIB canario. La mejora del comercio tiene influencia directa en la mejora de la economía. El apoyo a las zonas comerciales es un ejemplo claro de aplicación de recursos a políticas que generan empleo productivo y que son además tractores para otros sectores como la construcción, el turismo, la hostelería, restaurantes, bares cafeterías, el ocio o la cultura…
Si en los años 90 las grandes superficies se convirtieron en la amenaza del comercio tradicional, hoy, el sector se sigue enfrentando a nuevos desafíos con un consumidor cada vez más exigente. Esto requiere la apuesta decidida de las administraciones públicas por unos pueblos y ciudades más sostenibles y más vivos, que no languidezcan a partir de las tres de la tarde cuando cesa la actividad administrativa, donde ciudadanos y turistas disfruten de un ambiente agradable, seguro y accesible, con una oferta comercial que se complemente con la restauración, el ocio y la cultura beneficiando la creación de empleo y el impulso de la economía.
Algunos municipios como Santa Cruz de Tenerife están dando grandes pasos en la dinamización de la ciudad y la incentivación del comercio, un esfuerzo que ha de verse reforzado con la colaboración del resto de administraciones.
Recientemente se presentaba por el Gobierno de Canarias la nueva marca de las Zonas Comerciales Abiertas “Canarias a tu aire” que sin duda contribuirá a mejorar su imagen, potenciando las ventajas de estas zonas. Una buena noticia que llega precisamente en época navideña cuando las ciudades bullen animadas por la oferta de calidad de nuestros comercios tradicionales.