Opinión. No perdamos la oportunidad de ser referentes en el uso del gas natural
Socorro Beato.-
Hace unas semanas, la Autoridad Portuaria de Tenerife informaba que comenzará a suministrar gas natural licuado como combustible a buques crucero la próxima temporada 2017-2018. Esta iniciativa refuerza la posición de nuestros puertos en el uso de energías limpias.
El gas natural licuado (GNL) puede ser el combustible del futuro. Así lo entienden las autoridades europeas que lo están potenciando, de manera decidida, en la transición hacia un sistema energético sostenible, seguro y competitivo.
La introducción del gas natural en Canarias está prevista, a nivel legislativo, desde la Ley 19/2003, de 14 de abril, por la que se aprueban las Directrices de Ordenación General y las Directrices de Ordenación del Turismo de Canarias; e incluída, tanto en la planificación estatal del sector de la energía y del gas, como en el Plan Energético de Canarias (PECAN); precisamente para contribuir a corregir los inconvenientes del sistema energético del Archipíelago, carente de recursos energéticos convencionales fósiles y no conectado a redes continentales.
Nuestra dependencia de los combustibles fósiles se ve penalizada con unos costes más elevados de suministro debido a las dificultades de accesibilidad y distribución. Canarias no debe estar ajena a la tendencia global de fomentar la diversificación energética, impulsando las energías renovables y la introducción de combustibles fósiles menos contaminantes como el gas natural.
Ambas soluciones son necesarias y perfectamente compatibles por eso estamos plenamente confiados de que la entrada del gas en Canarias nunca podrá ser excusa para abandonar el fomento y el impulso de las energías renovables.
La apuesta por el gas no sólo supondría una mejora en el balance energético sino, además, puede generar crecimiento económico y actividad industrial, vinculada al mantenimiento y al suministro de combustible para buques, aprovechando la posición geoestratégica de las islas.
Buena parte del transporte de mercancías se realiza por barco, originando múltiples problemas medioambientales por sus elevados niveles de contaminación. Ello ha llevado a la industria marítima a explorar otras alternativas al uso del crudo y sus derivados, encontrando en el gas natural licuado la mejor opción. De ahí que la Comisión Europea lo esté impulsando como combustible habitual en el transporte marítimo.
Para aprovechar plenamente su potencial es esencial contar con las infraestructuras adecuadas. En el caso de Canarias, la planificación contempla dos plantas de regasificación, una en Arinaga, en la isla de Gran Canaria; y la segunda, en Granadilla, en Tenerife; respecto a las cuales la postura del Gobierno respeta la planificación territorial que diseñen los Cabildos.
En el caso de Tenerife, el expediente para la construcción de la planta de recepción, almacenamiento y regasificación de gas natural licuado de Granadilla ha pasado ya por los preceptivos trámites de consulta e informes. No obstante, el retraso en su puesta en marcha sigue dependiendo de la autorización administrativa que ha de emitir el Estado, conforme a la legislación del sector de hidrocarburos, sin la cual es imposible el comienzo de las obras.
Esperamos que el Gobierno de España otorgue a este asunto la prioridad que merece y no demore más la resolución de la autorización administrativa, dándole el impulso definitivo al expediente que permita iniciar su construcción cuanto antes. La ejecución de la planta puede ser un paso fundamental para lograr unas islas más sostenibles -por los beneficios medioambientales del gas natural en relación con otros combustibles fósiles-; con mayor diversificación energética – reduciendo la dependencia del petróleo-; y con menores costes, al ser un combustible más económico.
El Gobierno de España debe permitir que Canarias desarrolle sus infraestructuras y se pueda subir al tren emprendido por Europa, y así aprovechar la oportunidad de convertirnos en una referencia en el uso del gas natural licuado como combustible alternativo más sostenible, beneficiándonos de la enorme potencialidad de nuestros puertos y nuestra situación geoestratégica privilegiada.