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Opinión. CC-PNC ante el 26 de junio

Opinión. CC-PNC ante el 26 de junio

García Ramos

Juan Manuel García Ramos. Diputado por Tenerife

El debate electoral del 26 de junio será hegemonizado por el cuatripartidismo atomizado y los periódicos, las radios y las televisiones con implantación estatal. Fuera de ese debate será muy difícil llamar la atención de los electores. En el caso de CC-PNC creo necesario que debe centrar su discurso en anteponer Canarias a cualquier propuesta ideológica e insistir en que CC-PNC posee un Proyecto para Canarias del que ya nos hemos ocupado en recientes artículos. Un Proyecto Nacionalista que piensa más allá de unas elecciones concretas y persigue definir nuestra tierra como una nación con marca propia, fronteras propias, y reflejos políticos, económicos, sociales y culturales propios. Todo ello sin abstenerse de plantear cuál es su concepción del estado español y su encaje en él en el tiempo que corre y en el venidero.

A la hora de definir los perfiles de nuestra nación canaria, en primer lugar, tendríamos que hablar de revisar la Ley 44/2010, de 30 de diciembre, de Aguas Canarias, y estudiar su aplicación y su ampliación. Es necesario saber de qué nación, o nacionalidad, canaria estamos hablando, dónde empiezan nuestras fronteras y dónde terminan en este segundo océano mayor del mundo. Asimismo, se ha de conseguir para nuestro archipiélago la formulación de un modelo de desarrollo territorial sostenible con especial cuidado de preservar nuestros espacios naturales y nuestro suelo rústico, frente a los desafíos urbanos y de ocupación turística.

Hemos de profundizar en las directrices marcadas por el acuerdo del Parlamento Europeo de mayo de 2009 sobre control poblacional y control inmigratorio en Canarias tras el informe de la europarlamentaria francesa Margie Sudre. Hemos de persistir en la defensa de las empresas canarias y en propiciar una reforma laboral que dé preferencia, sin timideces,  a los canarios a la hora de ocupar los puestos de trabajo creados en el Archipiélago.

Recuperar una musculatura financiera canaria, como las desaparecidas Cajas, y abrir un debate sobre la declaración de beneficios en Canarias de las multinacionales que explotan nuestra riqueza: hoteles, seguros, bancos…

Ajustar el funcionamiento de herramientas como el REA y el AIEM para apoyar sin paliativos las producciones alimentarias autóctonas, hoy en inferioridad ante importaciones desleales.

Potenciar la cultura canaria con decisión. Cuidar con esmero y rigor los contenidos canarios que se imparten en los planes educativos actuales. Creación de una editora nacional canaria que dé a conocer a nuestros autores, en particular obras que nos ilustran sobre nuestro pasado, tipo El pleito insular, de Marcos Guimerá, y obras donde las palabras expresan nuestro sentimiento como pueblo… Prever fondos para cubrir la internacionalización de nuestros artistas.

Disciplinar nuestra planificación académica superior y nuestra investigación y adaptarlas a lo previsto en los Campus de Excelencia Internacional de las dos universidades canarias, denominados en singular Campus Atlántico Tricontinental, y en la conocida como RIS3 un documento inserto en la Estrategia Europea 2020, elaborado por la ACIISI y consensuado con todos los agentes implicados. Agenda de transformación social y económica que apoya a la investigación científica y sus posibles aplicaciones económicamente productivas.

Potenciar una RTVC identitaria, capaz de divulgar nuestra singularidad como pueblo. Divulgar nuestros símbolos, como la bandera tricolor con siete estrellas verdes y el himno, que nos representan como pueblo.

Fortalecer una policía autonómica que acabe de una vez con los problemas de seguridad en Canarias y con la dejadez estatal de no completar los catálogos de los puestos vacantes en las fuerzas y cuerpos de seguridad destinados en Canarias.

Hay que perseverar en la consecución de nuevas competencias cedidas por el Estado por medio del artículo 150.2 de la actual Constitución, o de las próximas constituciones, como las consabidas competencias de costas, aeropuertos y puertos, sanidad y comercio exterior, telecomunicaciones, y las menos consabidas de una hacienda propia para Canarias, tipo Concierto vasco o Convenio navarro; relaciones exteriores; Justicia autóctona… Y seguir también tras la consecución de un encaje más de acuerdo con nuestro estatus político entre las llamadas Regiones Ultraperiféricas de Europa, donde compartimos trato con otras realidades geográficas y políticas muy alejadas de lo que Canarias es y representa en el contexto atlántico y entre los países del entorno.

Volvemos a insistir en que estas serían algunas de las mínimas aspiraciones políticas que cualquier proyecto nacionalista canario que se precie de tal habría de perseguir a un ritmo no necesariamente idéntico en cuanto a la consecución de tales metas, sino con los plazos que  nuestra propia dinámica y la dinámica de los pueblos con los que mantenemos contratos de colaboración también nos permitieran, llámense, esos pueblos o esas estructuras supraestales,  Estado español (a través del Estatuto de Autonomía de 1996 y del Régimen Económico Fiscal en proceso de revisión)  y Unión Europea (hoy en la UE estamos bajo el paraguas del artículo 349 de las Regiones Ultraperiféricas del Tratado de Funcionamiento de la UE de Lisboa).

A nuestro entender, esta es la auténtica apuesta de una fuerza política nacionalista como CC-PNC ante las próximas elecciones del 26 de junio, un proyecto coherente elaborado desde la formulación de preguntas serias y maduras y respuestas realistas y ajustadas a nuestra condición de nacionalidad atlántica.

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