Jana González reclama políticas activas que permitan a las mujeres con discapacidad su desarrollo personal y social
La diputada del Grupo Nacionalista Canario, Jana González, ha reclamado a la consejera de Derechos Sociales, políticas públicas activas que permitan a las mujeres con discapacidad su desarrollo personal y social, “ya que sorprende que, desde este departamento, no se hayan diseñado medidas concretas dirigidas específicamente a las mujeres que tienen una discapacidad física o intelectual”.
Las mujeres con discapacidad “están pidiendo tener trabajo, ser respetadas, reconocidas como capaces y tener una relación igualitaria con los hombres, tal y como se deriva de un estudio sobre su autonomía elaborado por la ULPGC”. El estudio evidencia que las mujeres con discapacidad se sienten denigradas, excluidas e infravaloradas, en un análisis que ha contado precisamente con su punto de vista, “algo que normalmente no se hace porque se las considera no capaces para hacer su vida”.
Desde el Grupo Nacionalista Canario consideramos “que no podemos quedarnos con la visibilización del colectivo de mujeres con discapacidad, sino ir más allá y diseñar, en cada ámbito, políticas que les permitan superar las barreras que todavía padecen actualmente y no dejarlas atrás”, exigió González.
En el área sanitaria tienen dificultades para acceder a la planificación familiar y a la asistencia a la reproducción; en el área de Empleo, no sólo se las discrimina como personas con discapacidad sino también por su género, “por lo que no les son ajenos la brecha salarial y el desempeño de los puestos con peores condiciones laborales”.
En el sistema educativo perviven los importantes sesgos de género y el desconocimiento de la realidad del alumnado con discapacidad: “todavía no disponemos de una educación inclusiva que permita crear consciencia entre niños y niñas sobre la discapacidad, los adultos del mañana”, lamentó la diputada.
Hay muchas cosas que se pueden hacer, trabajar con el deporte como herramienta de inclusión social, incidir en la imagen social y la auto-percepción de la mujer con discapacidad, que es errónea, “ya que se la considera asexuada y su imagen, no ajustada a los cánones de belleza estandarizados, merma su autoestima con alta influencia en el mantenimiento de las relaciones sociales, sobre todo en índole afectiva”.
Por otra parte, en su autonomía y libertad personal se produce una mayor sobreprotección, mucho más acusada que la de los hombres con discapacidad; además de la discriminación en el ámbito familiar debido al rol que se les ha otorgado.
Según el Parlamento Europeo, casi el 80% de las mujeres con discapacidad es víctima de violencia y tiene un riesgo cuatro veces mayor que el resto de sufrir violencia sexual. Muchos programas dirigidos a mujeres afectadas no tienen en cuenta las peculiaridades de las mujeres con discapacidad, convirtiéndose en muchos casos inaccesibles para ellas. Las mujeres con discapacidad están expuestas a la violencia de personas de su entorno, una violencia invisibilizada, y se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad o riesgo de sufrirla.
Por eso también “reclamamos políticas concretas para evitar la violencia de género contra mujeres con discapacidad”, insistió.